Manejo del Olivar: ¿Es todo lo bueno que se pudiera?

11 jun, 19 | Manejo de Olivar

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Si paseamos por cualquier zona olivarera suele ser fácil discernir a simple vista las parcelas de distintos propietarios simplemente por el diferente manejo que realiza cada uno. Esto nos debe hacer reflexionar acerca de lo empírico y subjetivo del manejo del olivar ya que no está regido por criterios agronómicos objetivos.

Se puede afirmar que la inmensa mayoría de olivares son susceptibles de mejorar su producción mediante la optimización en el manejo, sin que ello suponga un aumento considerable en los gastos corrientes de la explotación.

 

Manejo de suelo

El pilar fundamental de la producción del olivar es el manejo del suelo, más aún si se trata de olivar de secano, en zonas áridas y en pendiente. Según la parcela, se combinarán: herbicidas, desbroce, laboreo, pozas y/o represas.  Ya sea en los ruedos, filas o calles del olivar.

El manejo del suelo debe ser tal que permita:

    • Máxima infiltración de las aguas de lluvia.
    • Una mínima erosión.
    • Máximo nivel de materia orgánica.
    • Mínimas perdidas de agua por evaporación.
    • Máximo tamaño y actividad del aparato radical.
    • Y sobre todo, mínima competencia con las malezas.

 

Poda 

PODA DE FORMACIÓN

Suele ser habitual encontrar nuevas plantaciones en la que la poda de formación se hace de forma agresiva, eliminando demasiados brotes bajos, desequilibrando la relación hoja / raíz y con ello perjudicando el desarrollo de los plantones, además de provocar muchas veces afecciones por plagas secundarias como la euzophera.

PODA DE ACLAREO

Cuando se realiza correctamente, permite reducir costes de recolección, así como aumentar ventilación e insolación reduciendo la incidencia de enfermedades, favoreciendo a la vez mejores crecimientos vegetativos y cuajados. Podas desequilibradas provocan exceso de chupones y quemaduras en las maderas de troncos jóvenes y ramas, con importantes mermas productivas.

PODA DE RENOVACIÓN

Sólo es habitual principalmente en zonas de las provincias de Córdoba y Jaén. No se incide en el efecto deletéreo en la producción del olivar del exceso de madera de los árboles, que actúa de forma similar a las malas hierbas al ser fuertes sumideros de nutrientes minerales y orgánicos. La poda de renovación debe ser un objetivo constante en todas las plantaciones a partir de una cierta edad en la que la relación hoja / madera comienza a ser demasiado baja.

 

Calibración de la maquinaria

La calibración de la maquinaria constituye otro aspecto al que no se le suele dar la importancia que tiene, sobre todo en los tratamientos foliares. Muchísimos tratamientos foliares no aplican el volumen de caldo necesario por olivo, ni lo recubren homogéneamente, produciéndose importantes pérdidas por deriva o por ni siquiera impactar los chorros de caldo en las copas. Desde la carretera es fácil ver tratar muchas veces a algunos atomizadores, ya que se pueden ver a grandes distancias las columnas de microgotas propulsadas por encima de la copa y arrastradas por la brisa o viento. Este volumen de caldo acabará cayendo principalmente en el suelo del olivar, con el consiguiente despilfarro económico y contaminación puntual. Suele achacarse a poca efectividad de los fitosanitarios como por ejemplo los fungicidas, la incidencia de enfermedades como el repilo, emplomado y tuberculosis, cuando precisamente la causa es que se están aplicando volúmenes de caldo insuficientes.

 

Plagas y enfermedades

Se suelen aplicar fitosanitarios, sobre todo insecticidas, de forma totalmente anárquica, a pesar de que la legislación actual lo prohíbe. Esto hace que la fauna auxiliar del olivar esté muy dañada y la incidencia de las plagas sea mayor de lo que podría ser con un manejo responsable, sin tener en cuenta el gasto económico innecesario.

 

Nutrición

En cuanto a la nutrición, hay muchísimo camino por andar tanto desde el propio sector productivo olivarero como desde la investigación y transferencia práctica de resultados. El agricultor realiza los tratamientos foliares y abonados muchas veces por decisiones de última hora y sin realmente tener conocimientos claros acerca de las necesidades reales de la finca en cada momento, en cada año, del comportamiento de los distintos fertilizantes en sus suelos, etc.

La investigación en nutrición del olivar suele efectuarse en escenarios muy concretos por lo que no se tienen en cuenta multitud de factores y los resultados suelen ser poco aplicables a la realidad. También existe un gran desconocimiento del sector suministrador y técnico a la hora de interpretar correctamente dicha información para cada finca en concreto.

 

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