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Generalmente, cuanto menos extremas sean las temperaturas de verano e invierno, y mayor sea la humedad relativa a lo largo de todo el año, mayor incidencia de plagas y enfermedades tendrá el olivar. El olivar de la costa suele tener muchas más plagas y enfermedades que el olivar del interior con clima continental.
En olivares con veranos cálidos, inviernos fríos, y poca humedad a lo largo de todo el año, no hay prácticamente incidencia de plagas y enfermedades, siendo el manejo del olivar en ecológico muy similar al del olivar convencional. El propio riego, puede propiciar la incidencia de plagas y enfermedades, cuando se aplica con los mismos protocolos que a un cultivo procedente de clima tropical, monzónico o atlántico: no manteniendo cierto estrés hídrico en verano. En las zonas de origen del olivar, las mejores zonas productivas, no son las que tienen suelos más fértiles, ni siquiera mejor clima, sino las que tienen temperaturas y humedad hostiles para las plagas y enfermedades, pero que el olivo puede tolerar.
Olivar. Banco de imágenes de ESAO
El primer pilar para el control de las plagas y enfermedades en el olivar debe ser el comprender que el olivo suele ser mucho más resistente al frío, calor y sequedad que sus plagas. Las plagas y enfermedades en los olivos, pueden atacar al fruto, a las estructuras vegetativas o a ambos. Si la plaga del olivo ataca sólo al fruto, a la aceituna, se afecta la cosecha en curso, pero no a la siguiente. Cuando la plaga del olivo ataca a las estructuras vegetativas, se ve comprometida la cosecha del año en curso, así como la del año siguiente.
Se trata de hongos que atacan la hoja del olivo, provocando defoliaciones, que merman la capacidad fotosintética y productiva del olivo. No suelen atacar al fruto, sino sólo a la hoja.
Olivar con repilo. Banco de imágenes ESAO
En condiciones de temperaturas suaves y hoja mojada con agua estática por rocío o por alta humedad relativa, durante muchas horas seguidas a lo largo del año, las esporas de estos hongos son capaces de atravesar la cutícula de la hoja e infectarla. El hongo desarrolla sus tejidos en el interior de la hoja, alimentándose de ella, y produciendo al exterior esporas, bien en el haz de la hoja como Spilocacea oleagina, bien en el envés, como Pseudocercospora cladosporoides.
En la mayoría de los olivares, las condiciones ideales para la infección ocurren en primavera y otoño. En climas con temperaturas suaves y alta humedad relativa, bien en verano bien en invierno, estos hongos tienen una altísima repercusión económica en el olivar.
El olivo elimina las hojas con infecciones muy avanzadas como medio para disminuir el inóculo, perdiendo así capacidad fotosintética, lo que se traduce en peor crecimiento vegetativo y peor floración. Existen medios de control preventivos y curativos. Como primera línea de defensa, lo más lógico es intentar evitar el cultivo del olivo en climas muy propicios para esta enfermedad.
Olivo con baja densidad de copa, lo que hace muy difícil la supervivencia y expansión del repilo.
La prevención a efectos prácticos, se basa en la poda del olivar y el uso de cobre. Mantener el olivo mediante la poda con copas bien aireadas contribuye mucho a disminuir la incidencia de los repilos. Los tratamientos con sales de cobre son el método clásico de prevención contra el repilo, pues los iones de cobre liberados por estas sales en la superficie de la hoja, afectan a las esporas a la hora de infectar la hoja. Sin embargo, no son capaces de afectar seriamente las infecciones ya establecidas. Se trata de que haya siempre una película de cobre en la hoja, justo antes y al comenzar los períodos de alta humedad relativa y temperaturas suaves. Se suele tratar a finales de verano y a finales de invierno, aunque dependiendo de la finca, se pueden ampliar o recortar estos tratamientos.
Como medios curativos, existen los fungicidas de síntesis, sistémicos translaminares curativos erradicantes, capaces de eliminar las infecciones ya establecidas en el interior de la hoja. Estos tratamientos se aplican en plena primavera y pleno otoño, si fuese el caso. Sin embargo, no tienen una efectividad completa, pues no son capaces de sanear del todo las infecciones más avanzadas, sólo las incipientes, por lo que su uso debe de combinarse con medios preventivos, como el cobre. Los fungicidas erradicantes no están autorizados en agricultura ecológica, siendo muy complicado el cultivar rentablemente olivar en zonas con muy alta incidencia de repilo, así como con altos volúmenes de copa, pues existen restricciones en cuanto a la cantidad de cobre aplicable en un olivar por hectárea y año.
Repilo plomizo. Banco de imágenes ESAO
Este insecto afecta solamente al fruto, no teniendo ninguna incidencia en el resto del árbol. De hecho, sólo se alimenta del fruto en la fase larvaria, viviendo la fase adulta fuera del olivar. La mayor parte del año, la mosca vive como adulto, y fuera del olivar. La mosca del olivo adulta, es muy sensible tanto a temperaturas muy altas con baja humedad relativa, como a temperaturas muy bajas por debajo del punto de congelación. Se alimenta de néctar de flores, de jugo de frutas y hortalizas que toma de pequeñas heridas en la piel de estos frutos, etc. Por lo tanto, ambientes de clima costero, con numerosos bosques de ribera, con puntos de agua, y muchos árboles frutales y hortalizas, serían el hábitat ideal para la mosca del olivo. En estos contextos, los olivares suelen estar abandonados, por la tremenda dificultad para obtener frutos sanos.
Larva mosca del olivo. Banco Imágenes ESAO
En olivares de montaña, los veranos suelen ser muy benignos para la mosca, aunque no tanto los inviernos, y la incidencia de la plaga suele ser media. En olivares de campiña, de veranos cálidos y secos, con inviernos relativamente fríos, y sin mucho refugio ni otros cultivos hortícolas o frutales en los alrededores, la incidencia de la mosca suele ser mínima o nula.
La larva de la mosca del olivo se desarrolla en el mesocarpo de la aceituna, entre verano y otoño. Al abandonar el fruto ya como adulto, deja un orificio en la piel de la aceituna, por la que penetran hongos que pudren el fruto, deteriorando las características organolépticas del aceite obtenido.
Existen medios preventivos y curativos para el control de la mosca del olivo.
Preventivos. Se aplican a partir de verano, cuando las moscas hembra comienzan a realizar las primeras puestas. Estos medios son los únicos autorizados en agricultura ecológica:
Medios curativos erradicantes: uso de insecticidas, bien de choque para eliminar adultos, bien sistémicos para matar los huevos y larvas dentro del fruto.
Detalle de fruto en el que la larva de mosca ya se desarrolló y abandonó, dejando un orificio de salida por el que penetrarán la humedad y los hongos, que pudren por dentro la aceituna.
Olivo con tuberculosis. Banco de imágenes ESAO
Consiste en una bacteria que produce pequeños tumores en las ramas finas, que deprimen muchísimo el vigor y la producción de dichos brotes y del árbol en general. Su incidencia tiene principalmente una componente varietal, aunque también influye el clima y sobre todo el manejo. A través de pequeñas heridas en la corteza de las ramas jóvenes, cuando la corteza tiene agua líquida estática, y con temperaturas suaves, se instalan bacterias de esta especie que fundan nuevos nódulos. Por lo tanto, condiciones con abundantes y frecuentes heridas en la corteza de las ramas jóvenes, con altas humedades relativas y temperaturas suaves, y variedades sensibles, son el escenario que hace que esta enfermedad se pueda encontrar en un olivar, pudiendo llegar a tener una gran importancia económica. Las heridas en la corteza se suelen producir por la recolección, por el granizo o por heladas fuertes.
Olivar nevado. Banco de imágenes ESAO
Como prevención, se deben de tener copas con poca densidad vegetativa, para que la recolección o el propio viento no provoque tantas heridas y roces. En la poda, se deben de eliminar concienzudamente todas las ramillas muy afectadas, pues son la fuente de inóculo de nuevas infecciones. Como tratamiento curativo, existe sólo el cobre, que evita la instalación de nuevos tumores. No existen tratamientos eficaces curativos contra esta enfermedad. Las medidas preventivas son las mismas para olivar ecológico que para convencional.
Tuberculosis del olivo. Se puede observar el escaso vigor de las ramas afectadas.
Se trata de diferentes hongos, aunque con rasgos muy similares. Afectan tanto al fruto como a los brotes, incidiendo tanto en la cosecha en curso como en la del año siguiente o incluso a más largo plazo. Los frutos se pudren estando aún prendidos en el propio árbol, principalmente a partir de enero. Los frutos infectados dispersan las esporas por el resto de la copa, afectando también a ramas jóvenes, que se llegan a secar. Los frutos afectados pierden irremediablemente su calidad y dan lugar a aceites defectuosos. Los brotes secos afectados no producen en las siguientes campañas.
Aceitunas maduras en el árbol, infectadas por antracnosis, la principal fuente de dispersión del inóculo
Aceitunas podridas por la antracnosis. Banco de imágenes ESAO
Detalle de hojas afectadas por lepra
Para esta enfermedad, existen componentes tanto varietales como climáticas para explicar su incidencia, aunque incluso también del propio manejo del olivo. Las recolecciones tempranas antes de envero, ya sean para aceituna de mesa o para aceites premium, evitan que el hongo cierre su círculo vital. En el caso de la lepra, las recolecciones muy agresivas en tiempo frío, en olivos con copas muy densas, que producen heridas frecuentes en la corteza de las ramas jóvenes, favorecen enormemente la incidencia de esta enfermedad. Para la antracnosis, las medidas preventivas serían la recolección temprana y el uso de tratamientos de cobre ya a partir de verano. Para la lepra, la prevención consistiría en eliminar las ramas afectadas y mantener bajas densidades de copa en recolección, pero no parece que los tratamientos con cobre sean efectivos. Con fungicidas sistémicos curativos sí parece que hay control, pero esta herramienta no está permitida en agricultura ecológica.
Defoliación y muerte de ramas causadas por la antracnosis en un olivar australiano.
Olivo muy afectado por lepra
Estos agentes son los más habituales y de mayor trascendencia económica en el olivar, aunque puntualmente otros agentes pueden ser muy perniciosos, dependiendo de la finca. Con el contenido de Manejo del Olivar online puedes aprender de técnicos y profesionales con amplia experiencia en el campo del manejo del olivar. Aprender de los errores en el cuidado del olivar, pudiendo abordar todas las dudas e inquietudes que puedan surgir, entender cuáles son los factores clave que influyen en el comportamiento del olivo, adquirir conocimiento de primera mano de las mejores prácticas a la hora de gestionar el olivar y entrar en contacto con otros profesionales del sector oleícola.