Escucha este artículo
Cuando tratamos de establecer los requisitos para exportar aceite de oliva, podríamos rellenar 300 hojas con la cantidad de información necesaria para exportar aceite de oliva. Desde los documentos necesarios, listado de operadores, conversores, legislación según país tanto de salida como de destino, etiquetados, certificados de calidad, seguros, facturas, aranceles, y todo ello con las dificultades de las últimas modificaciones y las particularidades de los países de destino.
No obstante, hemos querido recoger en este post unos requisitos básicos y mínimos si queremos exportar aceite de oliva con unas mínimas garantías.
Vamos a ver aquí los puntos básicos y sin los cuales no recomendamos en ningún caso embarcarse en una compleja decisión como es la exportación y la comercialización de aceite de oliva.
Vamos a desarrollar los siguientes requisitos que sin ninguna duda hay que tener para exportar aceite de oliva.
En la mayoría de ocasiones cuando hablamos de plan de negocio nos echamos hacia atrás, resoplamos y huimos de su realización. Tradicionalmente, el plan de negocios ha sido una herramienta llena de ítems que en ocasiones resulta tediosa y poco útil.
Sin embargo la apuesta del sector oleícola por la profesionalización viene determinada por el desarrollo de herramientas que nos ayuden a tomar decisiones en base a criterios maduros y sólidos.
Sin un plan de negocios para exportar o comercializar aceite de oliva, no podemos abordar un camino complejo y sobre todo caro, donde cada decisión que tomemos supondrá un éxito o un fracaso para nuestra empresa. El plan de negocios es un documento, que nos ayudará a desglosar los puntos más importantes cuando queremos desarrollar una línea de trabajo.
Antes de hacer grandes inversiones en exportación y comercialización de aceite de oliva hay que analizar tanto el sector del aceite de oliva en el país al que nos dirigimos, como su entorno, como su proyección.
El objetivo del plan de negocios es documentar en base a qué criterios hemos tomado la decisión de exportar aceite de oliva o comercializarlo. De esta forma veremos la coherencia o no de la idea que llevamos o de la línea de negocio que queremos desarrollar.
Se trata de una hoja de ruta para saber cual es el camino que va a seguir nuestro negocio de aceite de oliva así como su viabilidad. El único requisito necesario para que un plan de negocio sea efectivo es que esté vivo, que seamos capaces de adaptarlo a las nuevas situaciones que se vayan produciendo, que esté actualizado y evitar que sea un documento estático.
Evitando lo tedioso de los planes de negocio vamos a ver qué puntos serían los básicos:
Saber exactamente qué calidad o calidades de aceite de oliva queremos exportar o comercializar. Esto es algo sencillo, donde deberemos tener actualizada la analítica fisicoquímica y la sensorial de nuestro aceite de oliva.
Se trata de saber de qué categoría estamos hablando y sobre todo cuál es la categoría que tiene cuando llega la mercancía a su destino. Es decir, conocer bien mi producto y cómo evoluciona.
No podemos invertir hacia un mercado en el que solo sabemos que el vecino ha exportado y le ha ido bien. Esto está bien tenerlo en cuenta, pero no puede ser el motivo por el que lanzo toda mi estrategia de exportación. En el análisis de mercado he de ver tanto cómo es el consumidor de ese país, cómo es la competencia con la que me voy a encontrar, cuáles son los precios del aceite de oliva que se vende, cómo es el carácter del distribuidor e importadores y saber cómo tratarlos. Hacer un viaje de prospección estratégico y bien diseñado es altamente recomendado por ESAO, ya que veremos in situ la realidad del mercado al que nos queremos dirigir.
No podemos ir en ningún caso a un mercado sin saber cómo nos vamos a dar a conocer. Tanto si se trata de herramientas on line como off line, hemos de aprovechar todos los recursos marketinianos que nos sean posibles y que previamente hayamos visto que son los idóneos para mi empresa de aceite de oliva o mi marca en concreto.
El objetivo final de toda exportación y comercialización del aceite de oliva es la venta, el primer paso para vender es que nos conozcan. El marketing nos ayudará a atraer a todos esos posibles compradores y posibles clientes. Por otro lado, el marketing también nos ayudará a fidelizar a todos esos clientes de nuestras primeras ventas, y si realizamos un buen marketing nuestros primeros compradores nos ayudarán a vender más y mejor. Es pues de gran importancia la inversión y la estrategia de marketing que vayamos a realizar.
En cualquier decisión que se tome en relación a nuestra empresa de aceite de oliva, sea de productor o cooperativa, toda nueva línea de trabajo que vayamos a realizar tiene unos riesgos. Los riesgos hay que saber que forman parte de las decisiones, que es parte de ellas y que hay que conocerlos.
El analizar los posibles riesgos con los que nos podemos encontrar, intentar reducirlos y saber cómo reaccionar ante ellos, nos permitirá tomar conciencia de ellos y no asustarnos cuando se produzcan, si es que se producen. Por otra parte, reaccionaremos mejor y de forma organizada ante ellos.
Qué duda cabe que cuando nuestra empresa de aceite de oliva ha decidido que quiere exportar, hay que hacer un análisis de todo lo relacionado con el estado de liquidez con el que contamos.
Realizar un plan económico o financiero a tres años nos permitirá conocer la viabilidad de nuestro proyecto de exportación. Saber cuánto queremos invertir, si vamos a acudir o no a financiación, cuales son las previsiones, etc. Este punto es de vital importancia para poder abordar la exportación.
Un segundo requisito imprescindible para exportar aceite de oliva, una vez hemos realizado nuestro plan de negocio es contar con los documentos básicos necesarios para exportar aceite de oliva.
En este apartado, hemos de tener en cuenta que cada uno de los documentos ha de estar acorde tanto con la legislación de origen como con la legislación de destino, a la vez que hay que tener en cuenta los países, ha de consultarse la información actualizada al momento en el que vayamos a realizar nuestro primer envío.
Estos dos motivos hacen que sea inviable desarrollar cada uno de los puntos, siendo lo más aconsejable, nombrar cada uno de ellos, para, posteriormente el responsable de exportación de la empresa adaptarlo a su país, tanto de origen como de destino, así como que la información esté actualizada para el momento en que se realice el envío.
Saber que en prácticamente todos los países y todos los gobiernos cuentan con un departamento especializado en la exportación.
Los documentos que hemos de tener presentes serán:
Al contar con la información que nos de un plan de trazabilidad, es posible entregar productos definidos a mercados específicos, con la garantía de conocer con certeza el origen y la historia del mismo.
El concepto de trazabilidad está asociado, sin duda, a procesos productivos modernos y productos de mayor calidad y valor para el cliente final esté en el país que esté.
“Se entiende por trazabilidad como el conjunto de aquellos procedimientos preestablecidos y autosuficientes que permiten conocer el histórico, la ubicación y la trayectoria de un producto o lote de productos a lo largo de la cadena de suministros en un momento dado, a través de unas herramientas determinadas.”
Según el Codex Alimentarius, “trazabilidad es la capacidad para seguir el movimiento de un alimento a través de la etapa(s) especificada(s) de la producción, transformación y distribución”1.
El Reglamento que lo regula es el 178/2002 de la Comisión Europea y es en enero de 2005 cuando se hacen obligatorios los requisitos de trazabilidad por parte de la Unión Europea.
Se trata pues de una obligación legal, por normativa europea de seguridad alimentaria, la de gestionar e implementar la trazabilidad en la industria del aceite de oliva.
Para el sector oleícola aplicar correctamente la trazabilidad nos ayuda a profundizar en el conocimiento de la estructura de la cadena alimentaria, con el fin de poder detectar y corregir posibles fallos estructurales, desde el productor al consumidor.
El poder identificar el origen de un aceite de oliva y poder seguir su rastro durante toda su vida útil, favorece la seguridad y otorga crédito al producto.
Es pues de especial importancia para la comercialización y exportación del aceite de oliva, el ofrecer unas garantías al consumidor de seguridad y profesionalidad, en la búsqueda de una confianza y fidelización hacia los aceites de oliva en todas y cada una de sus categorías.
El tener implantado un correcto y moderno sistema de trazabilidad nos ayudará en nuestro camino hacia la comercialización y exportación del aceite de oliva.