A pesar de que veamos unos precios que no veíamos desde finales de los 90 a principios del 2000. En estos años, los precios fueron incluso superiores que en estos momentos, analizándolos con respecto a la renta per cápita de aquel momento.
La actual campaña 2022/23 de aceite que, según los datos de la Junta de Andalucía, rondan las 750.000 toneladas pero tal vez podemos prever que estemos hablando de unas cantidades que ronden las 900.000 toneladas. No obstante el drama de esta campaña aquí está y lo tenemos que afrontar.
Hablamos como cada año con nuestro profesor adjunto Salvador Alamar, broker en aceite de oliva, sobre sus impresiones sobre la actual campaña.
Un aumento en la pluviometría podría cambiar el rumbo de la campaña a pesar de que al aceite le queda poco para llegar a su momento álgido dentro de la aceituna y a partir de aquí ya no aumentará. Mientras no llueva va a estar el aceite en estos niveles, podrá haber diferencias por ajustes del mercado, pero nada más. El problema es que cuando el aceite está en niveles altos de precio, el comprador no almacena, no especula y no se mueve el aceite.
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Salvador Alamar recuerda la frase que podríamos utilizar relacionada con la actual campaña de aceite de oliva: " lo poco y caro sobró y de lo mucho y barato faltó “
Cuando el aceite está barato los compradores del sector del aceite de oliva, no tienen miedo a comprar, a estocar, pero cuando está caro los compradores lo que hacen es que van al día, venden un camión, compran un camión, venden tres y compran tres. Esta situación crea incertidumbre y el sector se ve resentido.
Hay veces que las modificaciones que vemos en estos casos, pueden ser reales, pero son debidas a ajustes del mercado. Si de aquí a la primavera de 2023 no cambian los datos hidrográficos y no se palia el tema de la sequía, evidentemente, tendremos este año entero de precios altos.
Ahora mismo el drama no está solamente en la reducción de la producción de aceite de oliva y de la calidad de las aceitunas, sino en las consecuencias que suele tener esta situación de consumo.
Porque es verdad que este año la campaña de aceite de oliva, se caracteriza por una reducción de la producción mundial de un 11% aproximadamente, obviamente contando con la deficiencia de España, pero si el precio sigue en estos niveles, el mercado caerá también más de un 10%. A pesar de que los costes de producción sea necesario que sean inferiores a los costes de venta, es decir desde el punto de vista del productor para esta campaña los precios a partir de 4,5 euros es cuando podemos empezar a hablar de “precios justos”.
Consumidor
Hay que pensar que cuando la botella de aceite de oliva se ponga en el lineal de los supermercados a 6€ y la botella de aceite de girasol esté de 2€ a 3€ y sumado a una situación de crisis el consumidor medio tenderá a consumir más girasol y menos aceite de oliva. Por esto es tan necesaria la formación de todos los implicados en el sector y hacer la máxima difusión posible de que cuando hablamos de 6 euros lineal, no es caro como producto, a pesar de que actualmente el consumidor lo valora como producto caro porque lo compara con otras grasas, y esto sí es un problema estructural.
Otra situación sería que esté el aceite de oliva mucho más caro que otras grasas, en una economía boyante, pero cuando el consumidor está intentando ahorrar, el último céntimo, como se ponga el aceite de oliva a 6 euros, pues se convertirá en un producto de lujo y esto hará que disminuya su demanda. No obstante esta situación real hay que compaginarla con campañas de formación, donde el consumidor entienda que no se pueden comparar aceites vegetales con el aceite de oliva virgen o virgen extra.
El girasol es una de las grasas más consumidas y está bajando desde la subida brutal última que ha tenido desde la situación de Ucrania, aunque no ha recibido la bajada real, que debería de realizarse según la bajada en origen, porque sigue estando a un precio alto. Hay botellas a 3 euros, pero el aceite de girasol, el crudo, vale 1,4€ en origen, y esto quiere decir que volverá a bajar, a pesar de que volverá posteriormente a subir, y esto será motivado por la situación de Ucrania y no nos olvidemos que el aceite de girasol es un combustible también.
Hay que tener en cuenta que la mayoría de consumidores están acostumbrados a combinar aceite de oliva con el de girasol. En cuanto al consumidor, por ejemplo que para la freidora utiliza el aceite de girasol, y en la ensalada utiliza el aceite de oliva, es posible que estire más el consumo de girasol y que deje o minimice mucho el de oliva. Incluso habrá hogares que para todo lo que sea cocinado, utilizará aceite de girasol y para lo que es en crudo utilizará aceite de oliva.
Hay que tener presente los antecedentes que tenemos, y cuando el aceite de oliva está por encima de los 4 euros, suele caer el consumo en torno a un un 20 o 25 por ciento.
Es importante tener en cuenta, hablando de la actual campaña de aceite de oliva 2022/23 que no es bueno perder consumidores.
Hay un porcentaje de consumidores, que se tiene comprobado, que si se pasa a otras grasas, es fácil que no vuelva a la cantidad anterior que consumía de aceite de oliva.
Una vez el consumidor pone el girasol en la cocina y ve que el resultado no es dramático , si luego puede seguir pues lo va a hacer, o utilizará mitad de uno y mitad de otro, y de esta forma derivará el gasto que hacia anteriormente en aceite de oliva a otras necesidades. Esto insistimos que es una realidad, es lo que hay que intentar vencer, y la única forma de hacerlo es con campañas agresivas donde el consumidor se conciencie de las diferencias de consumir una grasa u otra a nivel de salud principalmente, sabiendo que organolépticamente no hay parangón.
Agricultor
Si ahora pensamos en el agricultor, también es una campaña desastrosa, ya que, en ocasiones, cuesta más producir una cosecha corta que una larga. Tengamos en cuenta los siguientes puntos:
- Una almazara operativa cuenta con unos costes fijos: hay que mantener el gasto en personal, luz, agua, calefacción, etc. Cuando los kilos que se han producido son menores, disminuyen los beneficios. Por lo que la almazara puede tener unos gastos fijos “casi los mismos” que si se tratase de una gran cosecha pero sin embargo tienes mucha menos producción.
- Por otro lado, no es lo mismo producir una aceituna sana y de gran calidad y rendimiento, que producir con una aceituna arrugada, seca, pequeña, con mucho hueso y con menor rendimiento.
- Hay que tener en cuenta un hecho matemático, respondiendo a la siguiente pregunta: ¿ cuánto dinero te entra en el bolsillo?
Si multiplicas 1440 toneladas que fueron los kilos de la cosecha del año pasado por 2,5 que era el precio medio del kilo al que se vendía el aceite de oliva, tenemos una cantidad de euros superior que si multiplicamos ahora 750 toneladas que son los kilos de esta campaña de aceite 2022/23, por 4 euros el kilo, precio en el que está en estos momentos. Esta fórmula es la que hay que intentar revertir y que el consumidor tome conciencia que el aceite de oliva virgen no tiene nada que ver con una grasa vegetal, son dos productos diferentes y es lo que tenemos que conseguir
Ahora bien, en esta campaña de aceite 22/23 sí podríamos hablar que ha salido beneficiado el agricultor o productor que haya tenido una buena carga en su olivar, porque haya podido regar, o por sus condiciones particulares.
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Aquel que haya podido tener una buena cosecha le sumas que lo puedes vender a 4,5 euros, que es un precio “digno”, eso sí se trata de una situación ideal a la que tenemos que aspirar. No obstante, por norma general las cosechas cortas suelen ser más ruinosas aunque esté con un precio superior , que las cosechas largas aunque el aceite de oliva esté a un precio inferior.
Pero bueno, tratando de analizar y charlar sobre la actual campaña, hemos de saber que en general, para todo el circuito del aceite de oliva es peor una cosecha corta que una abundante y larga.
Precio de la financiación
En esta campaña 2022/2023 de aceite de oliva, también nos fijaremos en el precio de la financiación y puede ser que resulte un agravante.
El comprador, envasador, necesita dinero para comprar aceite a cuatro euros, y a esto se le suma que el industrial que tenga que trabajar con pólizas bancarias de campaña, no es lo mismo trabajar con el euribor a +0,5 que con el euribor al 4, porque eso significa que al aceite ya le tienes que ganar como mínimo un 4 o 5 % anual para poderle pagar la financiación.
Comercializadores
No nos olvidemos que el 80% del aceite se envasa por empresas que han de comprar ese aceite, es decir que no lo produce, son los comercializadores.
Una característica de esta campaña 22/23 es que Italia no está comprando aceite español y no es por una cuestión solo de precio. Italia está comprando en Grecia mientras pueda porque, al mismo precio, prefiere la cosecha de Grecia y dada la proximidad con Grecia, el griego le está vendiendo con gran facilidad al italiano.
El griego vende a Italia con una facilidad de transporte mayor que el español, por proximidad y a esto hay que sumarle que el griego a los italianos les venden a 30 días, con pago a 30 días, cosa que el vendedor español no suele hacer.
El comprador de aceite de oliva italiano mientras tenga aceite en Grecia, que tenga buena calidad y tenga unos precios parecidos a España, va a comprar a Grecia. Incluso en ocasiones, les pagan un plus, hasta 100 o 200 euros tonelada, pagan más aceite griego que el español.
De momento podemos hablar de inactividad de Italia hacia España, ya veremos no obstante, cuando falte aceite Griego. No olvidemos que Italia es uno de los grandes comercializadores de aceite de oliva, a pesar que el precio mundial del aceite lo marque España.
Previsiones campaña 2023/24
Vamos a cerrar en positivo este artículo, auguremos dos deseos.
Por un lado que los precios del aceite de oliva virgen vayan dignificándose, a la par que el consumidor vaya entendiendo que no lo puede comparar con una grasa vegetal, y esto haga que podamos trabajar con precios “altos”.
Por otro lado vamos también a ver con esperanza la cosecha del próximo año, o sea de la campaña 2023/24 vamos a ver si viene acompañada de lluvias, y estas lluvias, sumadas al descanso de este año del olivo, puede traernos una gran cosecha.
Aunque sabemos que el olivo ha sufrido una gran sequía y esto se ve afectado a las ramas y cosecha del próximo año así como en el fruto, no es lo mismo arrancar con una cosecha, en un olivo que viene de producir un 50% menos que su cosecha habitual, de todos es bien conocida la generosidad del leñoso “El Olivo”. Apostemos por él y aprendamos de su generosidad y positivismo.