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La detección precoz de enfermedades, plagas, desórdenes nutritivos y otros problemas en el manejo, es sin duda la herramienta más útil y sin duda cumple la clásica premisa de que es mejor prevenir que curar. Cuando se detectan daños por agentes bióticos, generalmente, es mucho más complejo y tarde para poder actuar de forma eficiente y en la mayoría de los casos resulta más caro. Lo más efectivo en el olivar sería siempre la prevención, antes que la cura.
Detectando en las etapas iniciales las infecciones, o mejor aún, previendo su aparición al conocer los condicionantes que las provocan, se puede abordar el problema en fases en las que el control aún es eficiente, no produciéndose mermas productivas importantes. Vamos a ver la importancia de contar con personal formado en la detección del Repilo, Emplomado y Mosca en el olivar actual.
Manejo del olivar. Banco de imágenes ESAO
Repilo y emplomado
Estos hongos infectan las hojas tras periodos de tiempo de alta humedad relativa y temperaturas suaves. La detección visual por personal formado de las lesiones que provocan estos hongos, se produce sólo cuando la infección está muy avanzada en la hoja. Es importante que esta detección sea por un técnico y evitar de esta forma los errores en el diagnóstico.
En este estado de infección, no hay medio para revertir la infección, y la hoja se perderá por caída al suelo, irremediablemente.
Cuando se perciben algunas hojas infectadas a simple vista, significa que habrá muchas hojas con infecciones latentes, incipientes, que sí son susceptibles de ser curadas con productos fitosanitarios, a no ser que se trate de agricultura ecológica, en la que sólo existen medidas preventivas.
Si se detecta con mucha anticipación el ataque, o mejor aún, si se conoce la predisposición al ataque de la finca, se pueden tomar medidas antes del comienzo de las condiciones favorables para la infección, con acciones preventivas, que siempre tendrán mejor resultado que las medidas curativas.
En el caso de la agricultura ecológica, además, existe el inconveniente de que no es posible usar medios curativos, por lo que la prevención es la única herramienta posible y que hay que optimizar al máximo. Para intervenir en prevención, los conocimientos profesionales de personal formado serán los que nos indiquen la mejor forma de manejar el olivar para prevenir la aparición de repilo o emplomado.
Mosca
Las picadas comienzan a partir de endurecimiento del hueso a mediados de verano, y se extienden hasta el envero, a mediados de otoño. El ataque suele tener un comportamiento exponencial.
Las primeras picadas las producen hembras hibernantes de la anterior campaña, por lo que la población existente en esos momentos es relativamente baja. De estas picadas, nace la primera generación del año, en verano, que directamente comienza a picar. Nos encontramos moscas adultas tanto hibernantes de la anterior campaña, como jóvenes de la campaña en curso. Este proceso continúa y, a lo largo de la estación se van solapando generaciones, a la vez que la aceituna se hace más atractiva para las moscas hembras conforme descienden las temperaturas y aumenta la humedad.
Si la persona encargada del olivar desconoce el proceso de evolución de la mosca y su comportamiento, difícilmente podrá actuar de forma eficiente, y en ocasiones puede llegar a ser perjudicial el tratamiento que decida implantar.
Mosca del olivo. Banco de imágenes ESAO
En fincas y años complicados, a mediados de otoño, la población de moscas puede ser altísima como consecuencia del solapamiento de distintas generaciones, siendo en muchos casos irreparable el daño causado, imposibilitando la obtención de aceite de calidad.
Sin embargo, la detección precoz, por un técnico de olivar, de las primeras picadas, y la inmediata puesta en marcha de medidas preventivas, permite que la población y los daños no aumenten de forma exponencial, tratando de no dejar que nazcan nuevas moscas que multiplicarán la población.
Mosca del olivo. Banco de imágenes ESAO
En el caso de la mosca, muchas veces se producen daños por no haber calculado correctamente la incidencia real en la finca al comienzo de la estación de ataque, siendo imposible controlar a la mosca cuando las poblaciones son altas y las picadas son muy numerosas en la población total de aceitunas de la finca.
Detección y prevención
El detectar bien una plaga, el saber interpretar de qué enfermedad se trata cuando veo sintomatología en las hojas, será fundamental para tomar decisiones acertadas y poder prevenir daños mayores. Mediante el personal formado que me ayude a detectar tanto plagas como enfermedades en el olivar, evitaré falsos diagnósticos y podremos actuar en consecuencia. Por otro lado el conseguir reducir al máximo la incidencia de plagas o enfermedades en mi olivar nos ayudará a proteger la cosecha y en muchas ocasiones a salvar la campaña.
Si hablamos de utilización de fertilizantes por ejemplo, un profesional formado, nos dirá las acciones correctivas comunes para fijar el pH del suelo antes de plantar olivos, o cuando diagnosticamos la falta de Nitrógeno, debemos consultar a un técnico con experiencia en el olivar para establecer un programa de fertilización inteligente, acorde a nuestros olivos en concreto.
Cada olivar es diferente y tiene necesidades diferentes. Es beneficioso hacer pruebas del suelo al menos una vez al año, y tomar acciones preventivas o correctivas después de consultar con nuestro personal formado. El personal formado, nos dirá cuál es la mejor forma de tratar los restos de poda del olivar, la importancia de la desinfección de maquinaria y herramientas, la idoneidad o no del arranque de determinadas ramas u olivos, la mejor utilización, el mejor sistema y el mejor tratamiento del agua en mi olivar concreto, uso de técnicas que minimizarán la entrada de vectores, evitar contaminaciones cruzadas, si vamos a plantar olivos nuevos, comprobará que estén libres de virus o enfermedades, así como un sinfín de actuaciones que serán la mejor forma de prevenir los daños y la merma de producción en nuestro olivar.