Diferencias entre la poda de formación, poda de producción y poda de renovación del olivo

07 mar, 22 | Manejo de Olivar

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En primer lugar lo que hemos de saber antes de hablar de las diferencias entre los distintos tipos de poda es que las premisas jerarquizadas que rigen la poda son:

  1. Adaptar la estructura del olivo a la forma de recolección
  2. Maximizar la iluminación
  3. Maximizar la relación hoja/madera
  4. Ajustar el tamaño de la copa a la realidad hídrica y lumínica de la finca.

Si bien cuando se realiza la poda del olivar se tienen en cuenta a la vez todos estos principios, a efectos divulgativos, se habla de poda de formación, poda de producción y poda de renovación, como subdivisiones de la poda en sí.

Veamos cada una en qué principios se centra y en qué consiste.

 

Poda de formación

El olivo joven, nacido ya sea por reproducción sexual o asexual, tiende en su juventud a la forma arbustiva, multitronco, dificultando enormemente la recolección y el manejo. La poda de formación consiste en ir moldeando el olivo desde su plantación, hacia la arquitectura que mejor se adapte a la futura forma de recolección, a la vez que al resto de labores y al medio.

 

Olivos recién plantados. Banco de imágenes ESAO. manejo del olivar

Olivos recién plantados. Banco de imágenes ESAO

 

La poda de formación se centra sobre todo la premisa número 1 de la poda, de adaptar el olivo a la recolección, si bien tiene también en cuenta, las premisas 2 (Maximizar la iluminación) y 3 (Maximizar la relación hoja/madera) cuando ya se actúa sobre la copa. Los olivos se han formado tradicionalmente bien a varias patas o bien a un solo pie, e incluso a varias patas para ir paulatinamente reduciendo a un solo pie. Hoy en día, en las nuevas plantaciones se buscan olivares de un solo pie para recolección con vibro o paraguas, o bien olivares en espaldera, para la recolección con la máquina cosechadora cabalgadora.

Para la recolección mediante vibración del tronco, se busca un diseño de árbol similar al del resto de frutales, con un sólo tronco robusto, con la cruz sobre 1 metro de altura, y en el que haya insertadas entre 2 y 4 ramas principales. Esta estructura es fácilmente recolectable a la vez que permite un buen reparto del ramaje y la producción. Para ello, desde la plantación, se van eliminando, sin prisa pero sin pausa, todas las ramas que salen del tronco por debajo de esa altura de la cruz de un metro. 

Por encima de la cruz, no se actuará hasta que el tronco esté perfectamente definido, y la copa ya tenga cierta densidad, volumen y forma globosa, habiendo ya comenzado a producir las primeras cosechas importantes.

En la copa también de forma pausada, se irán seleccionando las ramas mejor situadas, con mejor ángulo, para ser las futuras ramas de vida, eliminando las muy centradas y verticales y las internas y péndulas.

Para el olivar en seto, la formación es más sencilla, pues se eliminan también paulatinamente las brotaciones del tronco por debajo de aproximadamente 50 cm desde el suelo, pero en un principio no se incide sobre la copa, pues estas acciones estarán ya englobadas en la poda de producción.

 

Poda de producción

Una vez que el olivo ha superado la fase juvenil, tiene su estructura deseada, y está en plena producción, se desea mantener este estado, y como siempre, haciendo lo más eficiente la recolección. La poda de producción se basa sobre todo en la premisa número 2, de optimizar la iluminación, pero también tiene en cuenta en segundo plano, el resto de premisas.

Olivo con poda de producción. Banco de imágenes ESAO. manejo del olivar

Olivo con poda de producción. Banco de imágenes ESAO

 

Olivo en el que se ha realizado principalmente poda de aclareo. Banco de imágenes ESAO. manejo del olivar

Olivo en el que se ha realizado principalmente poda de aclareo. Banco de imágenes ESAO

 

Si se deja de podar un olivo ya formado buscará un estado similar al silvestre, con una copa muy densa, defoliada en su interior, con producciones alternantes alojadas sólo en la parte externa de la copa, de frutos de calidad mediocre, siendo el acumulado de producción en series de al menos 2 años, muy mejorables. Con la poda de producción, se busca mantener un olivo con baja densidad de copa, capaz de producir cosechas altas y relativamente constantes, con frutos de alto calibre y alto rendimiento graso. Para ello se eliminan por un lado, las ramas que más sombrean al resto de la copa, que serían las ramas gruesas internas y verticales, a la vez que las peor iluminadas, que serían las ramas de poco vigor internas y bajas, que se defolian y producen pocos frutos y de mala calidad.

Para cumplir con la premisa 1 de facilitar la recolección, la poda será diferente según el sistema de recolección empleado. La premisa 3 de la relación hoja/madera se cumple al eliminar las ramas poco iluminadas y defoliadas, a la vez que se busca siempre que la copa mantenga su tamaño con el menor número posible de ramas, eliminando ramas paralelas, para así favorecer el crecimiento de brotes horizontales, los que más contribuyen a la producción en el olivo. Para la premisa 4 del tamaño del olivo, se regulará la intensidad de poda, dejando más o menos tamaño y densidad de copa según la finca.

 

Olivo poda deficiente. ESAO manejo del olivar

Olivo con una poda deficiente debido a un número excesivo de ramas principales. 

 

 

La poda de producción del olivar en seto, sigue un protocolo propio, muy influenciado por la premisa 1 de adaptación a la recolección, pues la máquina cosechadora requiere de un diseño muy específico de copa. 

Este protocolo tiene varios pasos:

  1. Eliminación de la mayoría de ramas más horizontales y péndulas por debajo de 1 metro de altura, ya que la cosechadora no es capaz de recolectar la aceituna por debajo de 50 centímetros sobre el suelo. 
  2. Eliminación de ramas de cierto grosor y horizontalidad que se adentren de forma notable en las calles, pues serán muy dañadas por la cosechadora, a la vez que existe el riesgo de que el resto del árbol sufra cuando la máquina enganche y tire de estas ramas.
  3. Eliminación paulatina de las ramas más centradas, altas y verticales, pues sombrean al resto de la copa y también entran en conflicto con la máquina cosechadora. Además, son las que peor relación hoja/madera tienen, después de las ramillas bajas mal iluminadas.
  4. Algún aclareo posterior, si el seto aún fuese excesivamente denso, renovaciones, etc.

Para podar el olivar superintensivo, se combina la poda mecánica con la manual.




Poda de renovación

Un olivo sin podar que se deja crecer libremente en altura, conserva en sus ramas una aceptable relación hoja/madera: aunque tiene hoja solamente en la parte externa de las ramas, no tiene tramos de madera gruesa pelados emitiendo chupones.

 

olivo con poda muy densa

Olivo en el que después de un par de campañas sin podar, se ha llegado a un estatus de copa muy densa, similar al de un olivo silvestre.

 

En la poda habitual del olivo y en general en la del resto de frutales, se tiende a eliminar las ramas más centradas y verticales de la copa, tanto las que salen directamente de la copa, como las que salen desde otras ramas más gruesas. Esta técnica busca por un lado iluminar la parte interna de la copa, a la vez que no dejar el olivo con una altura excesiva a la que los operarios no puedan alcanzar en el vareo y la poda en sí.

Esta poda de eliminación de ramas internas y verticales, cuando se hace en ramas nacidas sobre ramas principales, va perjudicando la relación hoja/madera de dichas ramas principales sobre las que se realiza, pues deja tramos largos de madera gruesa sin ramaje fino rico en hoja. Sobre estos tramos de madera gruesa, además, nacen chupones, que en un principio tampoco mejoran sustancialmente la relación hoja/madera, pero que sí compiten por la savia y por la luz con el resto de ramas productivas.

 

olivo con poda muy deficiente. ESAO Rafa Navarro

Poda muy deficiente,  consistente en eliminar toda rama y chupón en el centro de la copa, con la consecuencia de una drástica disminución de la relación hoja madera, gran emisión de chupones, quemado de las ramas, etc.

 

Para compensar este problema de la pérdida de relación/hoja madera de las ramas con el tiempo, lo que coloquialmente se denomina envejecimiento de las ramas, se usa la poda de renovación, que sobre todo responde a la premisa número 3 de la poda, la de mantener la mejor relación hoja/madera posible.

Dentro de la poda de renovación, se pueden distinguir 2 variantes, que en la práctica, se realizan a la vez, dándole más importancia a una o a otra según el caso:

1.- Renovación directa sobre la cruz. 

Consiste en eliminar ramas completas desde su inserción al tronco, con la intención de que broten otras ramas nuevas en el mismo lugar, que con el tiempo ocupen el mismo espacio que ocupaba la rama iluminada, pero con una mejor relación hoja/madera y por lo tanto mejor producción. 

Debe de realizarse exclusivamente por personal cualificado, pues fácilmente se puede dañar la producción y estructura del árbol de forma irreversible, pues existen muchos factores involucrados en su ejecución. 

Puede conllevar pérdidas productivas temporales importantes. 


Poda renovación  cabeza pie olivo centenario

Poda de renovación en cabeza en un pie de olivo centenario de 3 pies. Se puede observar a la derecha de la foto cómo se eliminó hace 2 años una rama completa, y que de dicho corte están brotando nuevas ramas que en un futuro cubrirán el hueco productivo dejado al eliminar la rama original

 

2.- Renovación sobre ramas principales. 

Se facilita el desarrollo de ramas jóvenes insertadas sobre otras ramas más viejas, lo que se denominan renovaciones secundarias. Se consigue con el aclareo de los chupones que salen sobre todo de tramos horizontales gruesos. Permiten mantener una buena relación hoja/madera en los árboles, sin las pérdidas productivas tan importantes que puede suponer la renovación directa sobre la cruz. 

 

Ambos tipos de renovación se simultanean siempre en la poda del olivo, aunque dependiendo de factores como la variedad, edad, marco, suelo, clima, etc., se priorizará una u otra técnica.

La poda de renovación en sí no es necesaria en el olivar en seto, siempre que la poda de aclareo o producción se haya realizado con vistas a priorizar la presencia de las ramas jóvenes mejor situadas. Si se encuentra un olivar en seto envejecido, con baja relación hoja/madera, sí que se deben de realizar podas de cierta severidad para favorecer el nacimiento y desarrollo de nuevas ramas, lo que acarrea pérdidas inmediatas de producción.

Vemos pues la importancia del conocimiento en los diferentes tipos de poda, el formarse para distinguir los objetivos de cada uno, así como la correcta realización de cada uno de ellos.

En el Máster Consultor en Aceite de Oliva con el módulo de Manejo del olivar y Poda en el Campus de ESAO podremos ir profesionalizándonos cada vez más en el correcto manejo del olivar. De esta forma, conseguiremos mejorar la productividad.

 

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