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Reinventar el modelo de negocio en el sector del aceite de oliva

Escrito por Escuela Superior del Aceite de Oliva | 6/11/19 10:53

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“Se puede resistir al ataque de un ejército, pero no a una idea cuyo tiempo ha llegado”
Víctor Hugo

El Aceite de Oliva Virgen Extra es un producto de alta calidad que debe de ser defendido en base a su valor en términos de Calidad.

El sector oleícola tiene grandes potencialidades. Es un sector donde hay grandes oportunidades de crecimiento y desarrollo. Recordamos que estamos en una cuota de mercado de aproximadamente un 3% sobre el consumo total de grasas en el mundo. 

Para ir elaborando cada vez con mayor calidad  hay que seguir mejorando los sistemas de producción, los sistemas de explotación y, sobre todo, la comercialización y venta de aceite de oliva.

Ha que aprender de las experiencias que se han revelado como de éxito tanto en nuestro sector como en sectores limítrofes que tienen peso específico en el mundo de la producción y comercialización.

El sector oleícola necesita continuar en el escenario del cambio y del desarrollo para ir alcanzando cada vez más cuota de mercado.

Cada vez más es evidente la velocidad del cambio, y sumada a esta velocidad hemos de tener el cuenta la rapidez en implantarse.

Las nuevas tendencias reales del mercado nos ponen encima de la mesa la urgente necesidad de adaptación al nuevo medio y con él la transformación de los modelos de negocio en todos los sectores de la economía, y en especial la agroalimentaria.

El sector oleícola, está haciendo grandes esfuerzos por adaptares a los nuevos modelos, se está profesionalizando cada vez con más peso, y cada vez se está acercando más a la tecnología.

Las corrientes que están transformando el mundo pasan por la digitalización, negocios 4.0 y la globalización. No estamos en una era del cambio sino en un cambio de era en el que el cambio no es opción, es obligación.

Lo común a todos los sectores de la economía pasa por la reinvención de los modelos de negocio dentro de las coordenadas de innovación. Las empresas son iguales en un 90% y el sector comparte males endémicos de la economía que se muestran en mayor o menor intensidad, pero sí están presentes.

Aún no hemos visto nada de cómo va a cambiar el mundo, será como en la Revolución Industrial del siglo pasado. «Hoy hay tres tendencias hacia las que se mueve el cambio, la automatización, la globalización y el aumento de la productividad de un número reducido de profesionales altamente cualificados, que están causando de la abundancia de mano de obra, un exceso de humanos»

La manera de vivir, de consumir, de entender el trabajo, de entender los negocios y la vida, están cambiando. Estamos viviendo una transformación social, transformación que en 2020 se vió gráficamente reflejada con la pandemia del covid-19,  pandemia que no dejó a nadie ajeno a esta transformación social.  

Se están perdiendo o en ocasiones transformando empleos tradicionales, y nacen nuevos empleos y nuevas maneras de entender el trabajo.

Los millenials son los consumidores que están entrando fuertemente en el consumo y su manera de vivir, de comprar y de priorizar valores cambia radicalmente la manera de hacer negocio que exige adaptación en valores, en producto y servicio a los que dar respuesta.

Sin duda son nuevas realidades que se transforman en nuevas oportunidades de negocio.

 

Nuevos modelos de empresas oleícolas

Parte de las características que han de tener las empresas oleícolas para adaptarse a los nuevos modelos serían:

  • Aumentar la inversión en profesionalización de los trabajadores. Aumentar la formación y meterla en partida de presupuestos y no de gasto.  
  • Asignar partidas presupuestarias a estrategia e innovación. El revisar el modelo de negocio actual con el que cuenta la almazara o cooperativa y adaptarlo a la situación actual puede en ocasiones llevarnos al éxito. 
  • Contar con un equipo ágil y dinámico que nos permita  adaptarnos rápido y apoyar las nuevas tecnologías y nuevas maneras de entender el olivar, el aceite de oliva y su comercialización.

Estas tres premisas, sin duda son importantes, y las empresas oleícolas han de tenerlas implantadas desde la dirección hasta los trabajadores, siendo una meta a conseguir para aquellas que se alejen de su implantación. 

El cambio ha llegado al sector oleícola, esto ya no le sorprende a nadie, y los modelos de negocio están adquiriendo cada vez mayor dimensión y relevancia, respetando de esta forma las decisiones tomadas y teniendo marcado un camino hacia la calidad que nos conducirá a pertenecer a una empresa sostenible.

En esta transformación que se está produciendo hay que apostar y tomar decisiones fundamentadas. Como dijo Octavio Paz:

 
Las masas humanas más peligrosas son aquellas en cuyas venas ha sido inyectado el veneno del miedo… del miedo al cambio.

 

Este entorno sociopolítico, y este sector,  necesita inconformistas proactivos que se involucren en cambiar los modelos establecidos en base exclusivamente a la tradición,  de trabajadores profesionales que disfruten con su trabajo y  y de productores y cooperativas que se conviertan en el motor del cambio hacia la calidad.

Reinventar el modelo de negocio en el sector del aceite de oliva es pues una tarea que tenemos todos los que pertenecemos al sector de una de las grasas más saludables del mundo y una materia prima del más alto nivel como es el aceite de oliva virgen.