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Obtener Aceite de Oliva Virgen Extra de gran calidad es el objetivo final. Pero no sólo es suficiente tener nociones de cata, pues hay que saber de dónde viene aquello que estamos catando.
El aceite de oliva es el producto final, en el que ha influido la finca, la recolección, el transporte y el proceso de molturación. De ahí que sea muy importante conocer cómo repercute cada paso tanto en la calidad como en la cantidad del producto final.
Tener una visión amplia de conjunto siempre proporciona numerosas ventajas, ya que se pueden enlazar conocimientos de distintas áreas y así obtener un valioso efecto sinérgico.
Empezando por el área del manejo del olivar que tiene la responsabilidad de dar lugar al producto en bruto, esto es, la aceituna, que se irá moldeando a partir de la recolección.
Se hace mucho hincapié en la variedad a la hora de hablar de las características principales de un aceite de oliva, que serían los principales rasgos tanto químicos como organolépticos. Pero factores tales como el estrés hídrico, la nutrición o la poda, también dejan su impronta en las características finales del aceite.
La sanidad del cultivo del olivo puede marcar la diferencia entre obtener un fantástico virgen extra o un lampante. Es decir la diferencia entre obtener la máxima calidad en un aceite o una calidad pésima en el producto que buscamos.
Teniendo nociones sobre manejo del olivar, podemos dirigir el olivar hacia donde más nos interese, según el producto que queramos obtener, tanto en calidad como en cantidad. Y como en todo negocio, la viabilidad de la actividad depende en gran medida del beneficio económico resultante de restar los gastos a los beneficios.
Es por esto que es de gran importancia realizar una formación donde se estudien y trabajen todos los ámbitos que toca el sector del aceite de oliva, ya que todos influyen en el modelo de negocio que tengamos pensado.
En ocasiones, pensamos que hacer un curso suelto nos puede solucionar todas las dudas que tengamos acerca del aceite de oliva, pero esto no es así.
Un curso suelto nos dará nociones sobre un aspecto concreto del aceite de oliva, por ejemplo, un curso de manejo del olivar nos ayudará a conocer más de cerca al olivo y al olivar, pero si lo realizamos en el marco de un máster, será un módulo más dentro de todo el complejo y apasionante mundo del aceite de oliva, los mercados, la comercialización, la elaboración, la cata, es decir formará parte, de un todo, y de esta forma nos hará entender mejor cuáles son las mejores decisiones que podemos tomar en cada momento.
La inversión en formación es la primera partida que hemos de respetar cuando se trate de iniciar o desarrollar un proyecto relacionado con el aceite de oliva.
Internet nos proporciona multitud de información, en ocasiones hasta contradictoria, y no podemos basar nuestros conocimientos en todo lo que se establece en la red, sino que hemos de centralizar nuestros esfuerzos y nuestros intereses en información de calidad y formación respaldada por profesionales con experiencia contrastada.
En ocasiones en ESAO vemos como la decisión de alumnos del Máster es posponer su negocio relacionado con el aceite de oliva y continuar formándose antes de invertir en el propio negocio. En otras ocasiones, vemos como cambian los modelos de negocio que tenía el alumno del Máster en mente, y lo ha pivotado hacia otro modelo más adecuado a su situación, pero esto solo ha sido posible una vez ha realizado el máster y ha adquirido nociones de toda la cadena de valor que afectan al desarrollo de un negocio de aceite de oliva.
El máster supone una gran oportunidad para ampliar tus conocimientos en materia de consultor aceite de oliva a la misma vez que te permite especializarte en un ámbito concreto, ya que realizarás un proyecto dónde la temática será la que más te interese y que puedas aplicar en tu día a día.
El valor añadido que puedes aportar en tu empresa o en tu proyecto será sin duda uno de los pilares que sostenga el éxito de tu negocio o idea.